miércoles, 22 de julio de 2015

Los beneficios de la Práctica budista mediante el Daimoku


Frecuentemente en las reuniones de Soka Gakkai se habla de los beneficios obtenidos mediante la práctica del Daimoku.
Existen beneficios visibles y beneficios invisibles.Es a partir de estos beneficios invisibles que se crea el beneficio visible. No se trata de nada mágico si no un esfuerzo en el que a través de la Práctica y del Daimoku principalmente surgen una serie de cambios en nosotros que optimizan nuestros mejores resultados en las decisiones y actuaciones que podamos emprender, aún partiendo de las peores circunstancias.

El mayor beneficio del Daimoku es la purificación de los seis sentidos: ojos, oído, olfato, gusto, piel y la mente que procesa toda la información que nos llega del exterior.
Al lograr la purificación de los seis sentidos nuestra percepción del mundo se vuelve más objetiva y se desvincula de los procesos mentales que la distorsionan y la alejan de la realidad objetiva de forma inconsciente, los sesgos.

Todo ello nos permite ver con mayor claridad, objetividad y sabiduría lo que ocurre en nuestras vidas y alrededor de ellas y nos ofrece el potencial para actuar de la manera más adecuada en cada situación desde una percepción global y objetiva descartando la ilusión que se alimenta de percepciones equivocadas y procesos mentales distorsionados por los sesgos, el karma y las tendencias.

El producto natural de nuestra práctica sincera y constante, la meta ideal sería acumular las cinco clases de kudoku o beneficio:


1.. La capacidad de orientar correctamente nuestra vida, sin crear causas negativas.


1.. La moderación en el comportamiento, para inspirar respeto en quienes nos rodean.


1.. La sabiduría que surge del pensamiento y de la intuición.


1.. La justa valoración de las cosas, que distingue lo esencial de lo relativo.


1.. El deseo de ayudar a los demás y de transmitirles la Ley.

Poder practicar ante el Gohonzon es el máximo beneficio, y ese doku acumulado no se pierde incluso después de la muerte, porque queda incorporado en nuestra esencia de vida para toda la eternidad.

Sabemos que existen beneficios visibles e invisibles. Los primeros son identificables, porque son notablemente conspicuos: comprar una casa, obtener un trabajo, mejorar la salud... Pero los segundos son, tal vez, los más importantes, porque constituyen una reserva valiosa que actúa cuando se presentan situaciones imprevistas. Las pruebas reales que podemos palpar nos deslumbran, pero la armonía interior que vamos logrando, poco a poco, la transformación de esa tendencia básica que tanto nos perturba ¿no son, acaso, el motor que impulsa la manifestación externa del beneficio?

No olvidemos que la era de Mappo es la del beneficio invisible (myoyaku).

Los once beneficios principales explicados por el presidente Toda, extraídos del capítulo "Jiyu" del Sutra del Loto.


Sabiduría: No debe confundirse con conocimientos. Es una manera profunda, clara y fluida de pensar y de percibir. Con ella se crean propósitos más constructivos para emplear el conocimiento que se posee.


Comprensión de la eternidad: Al conocer la Ley de Causa y Efecto, se comprende que la vida no es una sucesión de hechos con un límite en el tiempo, sino que abarca el pasado, el presente y el futuro. Esto permite tomar conciencia de la misión.


Persistencia y tolerancia: La palabra buda es sinónimo de paciencia. Aunque podamos decir "no entiendo lo que pasa", debemos sentir que la perseverancia siempre dará fruto y que ninguna oración queda sin respuesta.


Serenidad: Es un estado en el que la mente no divaga, no está confundida, porque el hombre aprende a relacionarse con su condición y la disfruta. Es la calma originada en el conocimiento de que las cosas pueden no ser perfectas, pero integran el hermoso proceso de la existencia.


Buen medio: Las cosas negativas tienden a evaporarse. Se van los malos amigos, nacen otras amistades o se mantienen las que en verdad son valiosas y fieles.


Reconocimiento de lo principal: En la mente del verdadero creyente, se desarrolla la necesidad de buscar el Gohonzon como base para comprender, la bruma desaparece y reconoce que el núcleo es la vida misma.


Mejor temperamento: Disminuye la tendencia a acusar al mundo de la que nos pasa y crece la convicción de que todo parte de nosotros y está al alcance de la mano.


Sentimiento de misericordia: El shakubuku pasa a ser una preocupación real.


Comprensión de la verdad: Se toma conciencia de que el Budismo es práctico, concreto y claro.


Iluminación: Punto en que las acciones de una persona son el reflejo perfecto de la sabiduría alcanzada mediante la práctica al Gohonzon.


Fuerza de propósito: El creyente desarrolla una condición de vida que no se alterará por ningún motivo. Ello garantiza su victoria, tanto en las cosas simples como en los grandes desafíos.


Estos once puntos dan una idea más vasta del incalculable alcance de los beneficios. Pero siempre debemos tener presente que nuestra máxima aspiración es la Budeidad. Los logros materiales y espirituales son meros escalones hacia la felicidad absoluta. La salud y la prosperidad son beneficios, de eso no hay duda, pero no pueden compararse con la revolución humana que se opera en el estrato más profundo de la vida. Así como los anillos de un tronco pueden marcar la evolución del árbol, los beneficios que obtenemos muestran el grado de crecimiento de nuestro yo y ese proceso no se detiene, ni en el tiempo ni en el espacio; porque se expande produciendo cambios en nuestro entorno y hasta en el destino de la sociedad; porque nos acompaña en las tres existencias, presente, pasado y futuro.




Introducción por Vicen García.
Bibliografía: Materiales para descargar Budismo Soka Gakkai.