sábado, 7 de junio de 2014

No tan diferentes



Si hablamos de las diferencias entre el cerebro animal y el humano encontraremos que las carácteristicas más definitorias con las que podemos topar, amenudo son cuestionables. Por orden de importancia la primera que encontraremos es el razonamiento. El cerebro humano tiene la capacidad de razonar, hacer una evaluación de sus actuaciones, de las motivaciones, repercusiones y libremente hacer elecciones en consecuencia sin dejarse llevar por el instinto o la imitación. Su capacidad de pensar en tres tiempos: presente, pasado y futuro le otorga un mayor plano de actuación. Se rige por sus cinco sentidos bastante poco desarrollados, en comparación con los animales, que le suministran una información externa que puede completar revisando sus registros cerebrales y cotejando experiencias pasadas.

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El cerebro animal vive en el presente, sus emociones son puras, no puede tener emociones antagónicas como el ser humano, pero es capaz de percibir emociones de otros seres a través de su potentísimo olfato que les permite obtener información adicional a través de la interpretación del olor generado por los cambios químicos que se producen en el organismo al segregar diferentes hormonas.
Según estudios recientes los mamíferos y las aves poseen conciencia, perciben el sufrimiento ajeno y propio con emociones mucho más puras que las humanas, saben discernir entre el bien y el mal y perciben con claridad su entorno.

Saldar las deudas de gratitud

En el budismo se habla de la importancia de saldar las deudas de gratitud. No existe mayor felicidad que una existencia en la que uno sea consciente de todo aquello que debe agradecer. Vivir con agradecimiento es ver el valor de todo aquello que ocurre a nuestro alrededor, de apreciar todos los sucesos de nuestra vida incluso aquellos que en un momento dado parecían perjudicarnos, y no preguntarnos el por qué sino el para qué. A menudo lo que parece que nos perjudica no es así sino que nos hace cambiar el camino, nos impulsa o simplemente nos enseña o nos hace tomar conciencia de algo. Al vivir con agradecimiento nos deshacemos de sentimientos negativos hacia personas o sucesos que enturbian nuestra vida porque dejamos de ver la piedra en el camino como un obstáculo para verla como un trampolín. Un suceso negativo, una crítica pueden verse como un instigador de odio, incomprensióno otras emociones negativas o podemos transformarlo preguntándonos para qué? y sintiendo agradecimiento hacia esa función de la vida (suceso o persona) que ha actuado de resorte, nos ha hecho tomar conciencia de algo.
Muchas veces con la perspectiva del tiempo nos damos cuenta, cuando los sucesos que nos habían molestado ya están muy lejanos, de la función que han desempeñado en nuestras vidas y del tiempo que hemos malgastado llenándonos de emociones insanas cuando éramos incapaces de ver más allá de ellos. Si desde el primer momento los hubiéramos agradecido hubiéramos sido mucho más felices en ese intervalo de tiempo que ha pasado antes de entender para que habían servido.
Albergar agradecimento y saldar las deudas de gratitud es la más bella expresión de nuestra humanidad y dignidad como seres vivos.
De acuerdo con la perspectiva budista la ingratitud la ingratitud se genera por la presunción de qué el ser humano es un ente autónomo y separado de sus congéneres y de su entorno. Al perder de vista la realidad de la interdependencia mútua el ser humano es dominado por los impulsos destructivos de la envidia y la codicia. Por el contrario, vivir con gratitud enriquece el corazón,nos llena de emociones positivas, nos brida vitalidad, alegría y fuerza.
Quién no agradece lo que es, lo que recibe y lo que tiene vive amargado, anhelando lo que no ha podido lograr y cree que merece sin apreciar y disfrutar de lo que si posee. En las mismas circunstancias de vida un ser humano puede ser muy feliz y otro muy infeliz, porque el primero valora todo y el segundo solo se fija en sus carencias desapreciando de lo que dispone.
La gratitud con los padres es un deber de cariño elemental, si apreciamos muchas de nuestras cualidades, debemos ser conscientes que de una manera u otra ellos las han fraguado.
La gratitud con la Ley y el Buda es un homenaje que arranca de lo más profundo del corazón por todo lo que nos ha enseñado.En las oraciones silenciosas de nuestra liturgia budista mostramos agradecimiento a La Ley, al Buda, a los maestros y al orar por la felicidad de todos los seres humanos, al final de la última oración, mostramos nuestro agradecimento a la sociedad.

La gratitud con la sociedad es un síntoma de toma de conciencia, del valor del esfuerzo,de humildad, de reciprocidad,de respeto y de generosidad. Vivir con agradecimiento es tener el corazón lleno de júbilo.

En palabras de Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai:
"Cuando examinamos el mundo actual vemos que hay muy pocas personas que muestran debido agradecimiento a los demás. A raíz de ello la sociedad se ve afectada por disputas y la gente transita por la vida con amargura y resentimiento. Si queremos transformar esto, debemos propagar La Ley Mística y alentar a las personas a que basen su vida en ella".

La ignorancia como el pricipal mal de la sociedad

En la Constitución de la UNESCO podemos leer la siguiente cita:

"Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres es en la mente de los hombres dónde deben erigirse los baluartes de la paz".

Así mismo T'ient-t'ai constata:

"Cuando la furia cobra intensidad se producen enfrentamientos armados.
Cuando la codicia cobra intensidad surge el hambre.
cuando la estupidez cobra intensidad estallan pestes.
Y cuando estallan los tres deseos mundanos se tornan más potentes y numerosas las ideas equivocadas y proliferan cada vez más".

Los budistas en general solemos ser conscientes de que los seres humanos se comportan de forma equivocada más por ignorancia que por maldad.
La principal causa de los males de la sociedad es la ignorancia, vista no como una falta de conocimientos si no como una serie de percepciones equivocadas o distorsionadas de nosotros mismos, de los demás, del mundo, como un espejo defectuoso que no refleja la realidad porque está condicionado por estados de conciencia que aparecen mediante las numerosas combinaciones de emociones posibles que alteran la percepción objetiva.

La ignorancia, la codicia, el orgullo, el apego o desapego total, los celos, la ira son emociones y estados de la mente que conducen a acciones y palabras torpes.Contra ellos hay que poner atención inerior a los estados mentales.
Cada uno debe identificar su propio conflicto interno, sus propios mecanismos de manipulación y llegar a una actitud contemplativa desde dónde pueda tener una visión íntegra, armónica y global de todo; y a través de la práctica de la atención consciente obtener los tres antídotos:

Sabiduría: Disolución de la ignorancia.

Ecuanimidad: Serenidad mental y emocional que permite disolver los apegos.

Compasión: Disolución del odio.


"La ignorancia es la madre de todos los crímenes".(Honoré de Balzac).

"El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona".(Aristóteles).


El odio es la emoción más devastadora que existe. Mantener la calma en medio de la tormenta y mantenerse imperturbable frente a los Ocho Vientos es el Estado de Buda.