martes, 15 de noviembre de 2016

PARA PENSAR

       FRASES PARA PENSAR
"Escoja un trabajo que ame y no tendrá que trabajar ni un solo día en su vida". (Confucio)
No hay decisiones sin importancia: "El simple aleteo de una mariposa puede provocar un huracán del otro lado del mundo"

"El que domina a los otros es fuerte; el que se domina a sí mismo es poderoso" Lao-tsé

"Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos" Confucio.
"El más elevado tipo de hombre, es el que obra antes de hablar y practica lo que profesa" Confucio.
"El sabio no enseña con palabras, sino con actos" Lao-tsé

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              DIÁLOGOS PARA PENSAR
  Maestro, en varias partes del mundo hay conatos de guerra o guerra declarada. Que sucede? Acaso tienen razón los profetas y estamos en los días finales?  Hijo, la humanidad desde que apareció  ha estado en sus días finales. Lo que sucede no es nada nuevo. Mira y aprende: se amenazan, se mataran, y los sobrevivientes juraran que es la ultima guerra, y organizaran foros y crearan burocracias y darán discursos de paz, mientras sus ayudantes preparan en silencio la próxima Guerra. El humano es un animal lúdico: le gusta jugar, y su juego favorito es la guerra
Maestro, ¿hasta qué punto debo tomar en cuenta los consejos y la opinión de los demás?    Hijo, los consejos siempre debes considerarlos, aunque sea para desecharlos, porque son la expresión de la experiencia ajena. En cuanto a las opiniones, nunca las consideres porque sólo expresan los intereses del que los da. A todo lo que venga de otro, declaraciones, opiniones, consejos, primero pásalos por el filtro de la razón y luego por el de tus propios intereses; en seguida, puedes usarlos o no
  Maestro, desde una perspectiva zen, al final ¿Quién soy yo?   Hij@, Es más fácil decirte quien no eres: no eres la imagen que tu tienes de ti mismo porque sólo ves tu ego. Tampoco eres lo que los demás ven y piensan de ti porque ellos te ven a través de los condicionamientos, especialmente los sociales. Tampoco eres lo que tienes porque eso ni siquiera te pertenece, lo tienes por prestado. Tampoco eres tus obras porque ellas tienen vida propia y son del mundo. En resumen, tu eres tu camino, y si quieres cumplir con tu destino ¡comienza a caminar!
  Maestro, quiero ser rico. Dame un consejo! Quieres ser rico? Abre tus ojos y mira y ve el bello color verde del prado que te rodean, abre tus oídos y escucha y oye el murmullo de la brisa en las hojas de los arboles, abre tus narices y huele el aroma a tierra mojada por el rocío matinal, abre tus manos y siente el frío del día que comienza… Pero haciendo todo eso apenas seré un poeta y nunca llegare a ser rico!!!!! Precisamente, si no lo haces, nunca lo serás; y si lo haces, habrás preparado tus sentidos para reconocer la riqueza en cualquier situación que te encuentres y aprenderás a guardarla para ti
 

sábado, 12 de noviembre de 2016

La prueba

Estaba el Buda meditando en la espesura junto a sus discípulos, cuando se acercó un detractor espiritual que lo detestaba y aprovechando el momento de mayor concentración del Buda, lo insultó lo escupió y le arrojó tierra.
 Buda salió del trance al instante y con una sonrisa plácida envolvió con compasión al agresor; sin embargo, los discípulos reaccionaron violentamente, atraparon al hombre y alzando palos y piedras, esperaron la orden del Buda para darle su merecido.
 Buda en un instante percibe la totalidad de la situación, y les ordena a los discípulos, que suelten al hombre y se dirige a este con suavidad y convicción diciéndole:
 -“Mire lo que usted generó en nosotros, nos expuso como un espejo muestra el verdadero rostro. Desde ahora le pido por favor que venga todos los días, a probar nuestra verdad o nuestra hipocresía. Usted vio que en un instante yo lo llené de amor, pero estos hombres que hace años me siguen por todos lados meditando y orando, demuestran no entender ni vivir el proceso de la unidad y quisieron responder con una agresión similar o mayor a la recibida.
 Regrese siempre que desee, usted es mi invitado de honor. Todo insulto suyo será bien recibido, como un estímulo para ver si vibramos alto, o es sólo un engaño de la mente esto de ver la unidad en todo”.
Cuando escucharon esto, tanto los discípulos como el hombre, se retiraron de la presencia del Buda rápidamente, llenos de culpa, cada uno percibiendo la lección de grandeza del maestro y tratando de escapar de su mirada y de la vergüenza interna.
 A la mañana siguiente, el agresor, se presentó ante Buda, se arrojó a sus pies y le dijo en forma muy sentida.
 No pude dormir en toda la noche, la culpa es muy grande, le suplico que me perdone y me acepte junto a Usted”
Buda con una sonrisa en el rostro, le dijo: “Usted es libre de quedarse con nosotros, ya mismo; pero no puedo perdonarlo”
El hombre muy compungido, le pidió que por favor lo hiciera, ya que él era el maestro de la compasión, a lo que el Buda respondió:
 -“Entiéndame, claramente, para que alguien perdone, debe haber un ego herido; solo el ego herido, la falsa creencia de que uno es la personalidad, ese es quien puede perdonar, después de haber odiado, o resentido, se pasa a un nivel de cierto avance, con una trampa incluida, que es la necesidad de sentirse espiritualmente superior, a aquel que en su bajeza mental nos hirió. Solo alguien que sigue viendo la dualidad, y se considera a sí mismo muy sabio, perdona, a aquel ignorante que le causó una herida”.
Y continuó: “No es mi caso, yo lo veo como un alma afín, no me siento superior, no siento que me hayas herido, solo tengo amor en mi corazón por usted, no puedo perdonarlo, solo lo amo. Quien ama, ya no necesita perdonar.”
El hombre no pudo disimular una cierta desilusión, ya que las palabras de Buda eran muy profundas para ser captadas por una mente llena todavía de turbulencia y necesidad, y ante esa mirada carente, el Buda añadió con comprensión infinita:
 -“Percibo lo que le pasa, vamos a resolverlo: Para perdonar, ya sabemos que necesitamos a alguien dispuesto a perdonar. Vamos a buscar a los discípulos, en su soberbia están todavía llenos de rencor, y les va a gustar mucho que usted les pida perdón. En su ignorancia se van a sentir magnánimos por perdonarlo, poderosos por darle su perdón, y usted también va a estar contento y tranquilo por recibirlo, va a sentir un reaseguro en su ego culposo, y así más o menos todos quedarán contentos y seguiremos meditando en el bosque, como si nada hubiera pasado”
 

Esto también pasará

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los
mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo
algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación
total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis
herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de
manera que quepa debajo del diamante del anillo.
Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían
haber escrito
grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres
palabras que
le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron,
buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente
de su padre.
La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba
como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por
el anciano,
de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:
No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el
mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con
todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico.
Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba,
como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje -el anciano lo
escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero
no lo leas -le dijo- manténlo escondido en el anillo. Abrelo sólo
cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a
la situación-
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey
perdió el reino.
Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo
perseguían.
Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar
donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un
precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no
podía volver porque el enemigo le cerraba el
camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía
seguir hacia
delante y no había ningún otro camino...
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí
encontró un
pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía "ESTO
TAMBIEN PASARA".
Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él
un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse
perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero
lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los
caballos.
El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico
desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló
el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y
reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en
la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se
sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
-¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la
gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en
una situación sin salida.
Escucha -dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para
situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras.
No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te
sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también
es para cuando eres el primero.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará", y
nuevamente
sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre
que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había
desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se
había iluminado.
Entonces el anciano le dijo:
Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son
permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y
momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la
naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Frases budistas para pensar

Muchas personas preferimos referirnos al budismo más como una filosofía de vida que como una
religión, teniendo como referencia las frases de Buda, sus máximas o sus textos como modo de vida.
El budismo es una de las religiones más antiguas que aún se practica por unos 200 millones de
personas en todo el mundo. Lo que ha facilitado que esta filosofía o religión perdure a lo largo del
tiempo y siga ganando seguidores.
La razón por la que el budismo tiene tanto seguidores es la sencillez en como trasmiten mensajes
llenos de sabiduría que permiten mejorar nuestra calidad de vida

Frases de Buda
No creáis nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen; creedlo después de
someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia.

Tres cosas no se pueden esconder: el sol, la luna y la verdad.

Si cada día coges un puñado de arena, formarás una montaña

El mundo exterior es únicamente una manifestación de la mente en si misma. la mente lo capta como
un mundo exterior simplemente por su costumbre de seleccionar y de razonar falsamente. El discípulo debe hacerse el habito de observar la verdadera esencia de las cosas

Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre,
ni tu amigo más querido, te pueden ayudar tanto como tu propia mente disciplinada

Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos
y está hecho de nuestros pensamientos

El hombre que tiene miedo, busca refugio en los montes, en los bosques sagrados o en los templos.
Sin embargo tales refugios no sirven, pues allí donde vaya, sus pasiones y sus sufrimientos lo
acompañarán

Más grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres es la conquista de uno mismo
Sabios son aquellos que dominan el cuerpo, la palabra y la mente. Ellos son los verdaderos Maestros

Disfruta vigilando, cuida tu propia mente, sácate a ti mismo del camino de la miseria, como se hace
con el elefante que se ha metido en el barro

La verdad en si misma solo puede ser alcanzada dentro de uno mediante la más profunda meditación y conciencia

Aferrarse a la ira es como agarrarse a un carbón caliente con la intención de tirárselo a alguien; tú eres el que te quemas.

-Mantener el cuerpo sano es un deber… de lo contrario no seremos capaces de mantener nuestra
mente clara y fuerte.

-En cualquier batalla pierden vencedores y vencidos.

¿Eres un ángel? No - respondió -¿Acaso un santo? No - respondió -¿Entonces qué eres? Respondió el
Buda - Estoy despierto -