jueves, 13 de octubre de 2016

PEQUEÑOS CUENTOS BUDISTAS PARA REFLEXIONAR

OBSÉRVATE
Cuatro estudiantes de Zen en una clase de meditación de 7 días. No debían tener conversión durante el período de meditación. En la primera noche, un alumno sintió el movimiento de tierra.
"Terremoto!", y los estudiantes reaccionaron con rapidez.
"No debemos decir una palabra," dijo otro estudiante.
"¿Por qué todos ustedes quieren hablar?"comentó el tercer estudiante.
"Sólo sé que yo no he dicho nada", dijo el último estudiante y sonrió.
~ Es difícil vernos a nosotros mismos. Por lo tanto, es más fácil ver el error de los demás

SOLTAR
Un monje viejo y un monje joven vieron a una mujer hermosa en un traje costoso preguntarle cómo cruzar el río de la carretera. El monje viejo pidió permiso a la señora para cruzarla al otro lado del río. Los dos monjes continuaron su viaje por horas.
"Somos Monjes, no debéríamos acercarnos a la mujer. ¿Por qué hiciste eso?" el joven monje lo cuestionó"¡Oh, eso la chica. Ya la he soltado hace horas al otro lado del rio, ¿Por qué todavía la sigues cargando?"
 El viejo monje respondió:
- Con el fin de mantener la mente calmada, enfocada y clara, entonces tenemos que renunciar a las pasiones anteriores.

CIELO E INFIERNO
Un belicoso samurai desafió a un anciano maestro zen a que le explicase qué era el infierno, pero el monje le replicó con cierto desprecio.
- No eres más que un patán y no puedo malgastar mi tiempo contigo.
 Al escuchar la respuesta, el samurai, herido en su honor, montó en cólera y con el rostro rojo de ira desenvainó su espada mientras gritaba al anciano.
 - Tu impertinencia te costará la vida.
- Eso. Eso mismo es el infierno —replicó entonces el maestro.
El samurai se quedó paralizado con la respuesta y la tranquilidad del anciano y al notar en él su rabia y todo su cuerpo turbado por la ira, se quedó conmovido por la exactitud de las palabras del monje y, como le había hecho ver cómo era el infierno, se postró ante el agradecido.
 Entonces, el anciano le dijo.
- ¡Y éso, éso es el cielo!.

TODOS SOMOS BUDISTAS
 Maestro, ¿por qué eres budista? ¿No es acaso una manera de elegir, de discriminar?   Hijo, no te equivoques. Soy budista porque todos los seres humanos son budistas. Si revisas las enseñanzas de todas las religiones, sean cristianas o no, o de las tendencias científicas, desde la PNL hasta la meditación mindfulness, o los principios de los grupos, desde la masonería hasta los simplemente espirituales de barrio, todos, absolutamente todos, las han sacado o copiado de los sutras del Budha Sakyamuni. El Budha vivió hace 2.500 años, y los demás son posteriores; por lo tanto, no es cosa de elegir ser budista, es cosa de irse a la fuente y saltarse las interpretaciones y los intermediarios. (24 abril 2013).

LO QUE ES DENTRO ES FUERA
   Maestro, alguien habló mal de mi.. ¿es mi enemigo?   Hijo, No es tu amigo ni enemigo los que hacen cosas o emiten juicios en contra o a favor tuyo; eres tu mismo el que los genera. La semilla de la realidad la tenemos todos dentro de nosotros, y también el abono: se llama comportamiento. Si alguien habla bien de ti, debes aceptarlo como resultante de tus acciones, no de sus iniciativas. Si habla mal, piensa que eres tu quien tiene un problema y has provocado ese juicio, y debes buscarlo y solucionarlo. Nunca olvides que lo que es adentro es afuera. Tu mente es la caldera donde se arma la sopa de tu realidad. Dedica tus esfuerzos a ser buen cocinero. (29 enero 2013.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Los beneficios de la práctica budista



Eric Fromm hace una alusión al budismo como una doctrina filosófico-antropológica que propone unas normas de vida basadas en el análisis de datos observables sobre la existencia humana, que pretende producir una claridad e intensidad de conciencia cada vez mayores y presentar un cuadro de la realidad cada vez más purificado lo que lleva a una relación más natural, estrecha y amistosa con la subconsciencia reduciéndose la ingobernabilidad e impresibilidad de las emociones. Las posibilidades que se abren cuando uno despierta a su verdadera naturaleza son múltiples:
•Desde esta nueva dimensión de espectador de nuestra vida se experimenta el dolor pero no el sufrimiento.
•Hay un desapego emocional que permite experimentar la emoción pero sin quedar atrapado en ella.
•Cambia la percepción de la realidad.
•Se ve la profunda interconexión de todo.
•Sólo existe un presente continuo.
•Existe libertad de elección porque uno ha trascencido sus hábitos, sus reacciones automáticas, sus automatismos,sus patrones habituales de respuesta.
•Se tiene la claridad para comprender el sufrimiento que acarrea vivir atrapado en el plano de la identidad con lo que se desarrolla una profunda compasión por el sufrimiento de los demás, una comprensión del origen de su conducta y una capacidad de perdón inalcanzable en el plano de la identidad.
•Se experimenta el amor incondicional porque se percibe la belleza en los otros, aunque se comprende que en el plano de la identidad esta belleza se encuentra bajo capas de fealdad.
•Hay un nivel extraordinario de inteligencia, claridad y sabiduría inaccesible e incomprensible antes.
Nuestro estado de vida condiciona la forma en que percibimos el mundo. Nos demos cuenta o no,ese estado determina en gran medida nuestras acciones, pensamientos, relaciones, emociones, caminos en la vida... y el estado de vida a su vez está condicionado por el corazón.
 El estado de vida fluctúa a lo largo del día o de unos segundos, pudiendo pasar rápidamente de uno a otro sin percibirlo. Los seis estados inferiores están a merced de nuestro entorno, condicionados a aparecer y desaparecer por la influencia de las causas externas. Los cuatro superiores ya no dependen de éstas.
 Los tres inferiores están dominados por el odio, la estupidez y la codicia. Se caracterizan por una fuerza vital débil en que el mundo circundante se percibe con desdicha. La moral y la ética es confusa, nunca se siente satisfacción y se vive bajo la esclavitud de los deseos incluso esclavizados por ellos.  Son estados que autodestructivos que provocan malestar en uno mismo y en los demás.
 La ira es el siguiente. Se caracteriza por la perversidad, la arrogancia y la agresividad. En este estado las personas reafirman su autoimagen de personas benevolentes y virtuosas e intentan convencer a los otros igual que ya lo han hecho consigo mismos. Cuando en este estado se aprende a canalizar la energía de superar a los demás por la de superarse a si mismo se entra en el siguiente estado que sería el de Humanidad. En éste el intelecto es la condición clave pues somos conscientes de que la humanidad resulta del esfuerzo de controlar nuestros deseos e impulsos para actuar en armonía con los demás y el medio ambiente. Le sigue el Estado de Éxtasis en que se vive a merced de las alegrías y las desgracias, este estado aún sigue surgiendo y activándose mediante la satisfacción o la frustración de los impulsos y los deseos gobernado por las circunstancias externas.
 Cuando reconocemos que todo lo que se experimenta es transitorio empezamos a buscar una verdad duradera y únicamente entonces entramos en los Estados de Aprendizaje  y Comprensión intuitiva.
En el Estado de Aprendizaje se toma conciencia de la transitoriedad de las cosas y de la inestabilidad. Nos dedicamos a la reforma y desarrollo personal aprendiendo de las ideas, conocimientos y experiencias de otras personas. En el Estado de Comprensión intuitiva ya no se busca la verdad mediante la enseñanza de otros sino a través de la percepción directa. Toman conciencia de las causas y llegan a la comprensión de forma autónoma. En estos dos estados no se está condicionado por el entorno.
 Por último , en los dos estados superiores se aspira a que las demás personas también alcancen la misma comprensión. El  estado superior es un estado de amor compasivo, pureza, libertad y sabiduría, desde él podemos reconocer que los otros nueve estados también están en nosotros y transformar esa energía en pos de actividades altruistas y valiosas.

 Fuentes: Eric Fromm y ¨ Dëvelando los misterios del nacimiento y la muerte¨ (Daisaku Ikeda)

domingo, 9 de octubre de 2016

A tí, ¿qué puede aportarte el Budismo?

Cada persona se acerca al budismo por motivos muy diferentes. En mi caso yo buscaba una doctrina que diera una explicación para entender el mundo que nos rodea y las personas que lo habitan y que lo hiciera de la forma más sencilla posible pues ya es bastante compleja la vida y las relaciones entre las personas. Y entonces apareció el budismo. Y yo creo que cada cosa aparece cuando debe aparecer y no sin antes haber vivido las experiencias necesarias para saber apreciar nuestro encuentro.
El Budismo es una doctrina que une conocimientos de psicología y antropología basados en datos observables de la existencia humana cuyo conocimiento y puesta en práctica nos lleva a una serie de beneficios:
-Experimentar dolor, pero no sufrimiento gracias a aprender a experimentar la emoción pero no quedarse apegado a ella. Dejar pasar. Observar evitando juicios.
-Cambiar la percepción de la realidad. Conocemos la interconexión que existe entre todo y la existencia de una causa y efecto por la que se rige todo. Todo tiene una explicación.
Solo existe un presente continuo. Eres el responsable de tu vida, tus causas crean efectos en tu vida y en las de los demás igual que las causas de los demás crean efecto en tu vida y en las suyas.
- La importancia de desarrollar un criterio propio sobre todo sin desestimar las distintas percepciones de los demás pero sin dejarse arrastrar.
-Conocer la existencia de la libertad de elección y asumir la responsabilidad de la libertad de elección. Y para hacer uso de ella debemos conocer las tendencias que tenemos o dicho de otra forma nuestros patrones de respuesta habituales y conocer también que los otros también se rigen por sus propias tendencias y patrones.
- Saber que nuestro estado de vida condiciona la forma en que percibimos el mundo. Nos demos cuenta o no, ese estado determina en gran medida nuestras acciones, pensamientos, relaciones, emociones, caminos en la vida... y  también condiciona nuestro alrededor tanto el medio ambiente como a las personas con las que nos encontramos y el estado de vida fluctúa a lo largo del día o de unos segundos, pudiendo pasar rápidamente de uno a otro sin percibirlo.

Nuestro cambio es decisivo para el cambio de nuestro alrededor y debemos aceptar que únicamente podemos cambiarnos a nosotros mismos, pero automáticamente eso generará un cambio en los demás. A veces nos pasamos la vida queriendo cambiar a los otros para no aceptar la responsabilidad de cambiar lo que falla en nuestro interior porque hay que desarrollar una gran valentía para observarse con objetividad.


 Y recuerda:

En última instancia, no son las dificultades las que nos derrotan, sino nuestra propia debilidad. "Cada actividad vital sucede como resultado de algún estímulo exterior. Al mismo tiempo, la verdadera causa es la causa inherente dentro del ser humano".