martes, 12 de noviembre de 2013

La bur(r)ocracia primero

Estoy encantada con los progresos de los servicios de la Seguridad Social. Hemos pasado, en los últimos años de concertar una visita con el psiquiatra cada mes, a dos veces al año. Los médicos de familia (formados en medicina general), ahora deberán asumir las "nuevas tareas" de psicólogos. Los psiquiatras se dedicarán en pleno al árduo trabajo de rellenar eternas fichas telemáticas del historial de antecedentes, respirando de vez en cuando y levantando la vista para preguntarle posible diagnóstico y fuente, para en próximas sesiones ir dejando constancia del proceso y atribuir la curación o el empeoramiento a las causas que el propio paciente pueda insinuarle.

Hoy he presenciado como un paciente, con ansiedad no reactiva a fármacos, después de meses esperando para ser visitado por un psiquiatra (previo volante urgente de médico de familia que considera importante e imprescindible una terapia para llegar al fondo del problema que provoca) es despachado con un ademán de complacencia, tras una agotadora visita de una hora en la que el facultativo se ha limitado a rellenar su ficha de nuevo paciente y tras aceptar el autodiagnóstico del mismo, sobre su patología, declara que ve en las últimas semanas una mejoría de la misma "autodiagnósticada "patología, y sin detenerse ni a poner en cuestión la certeza del diagnóstico, le cita en cinco meses para ver como evoluciona.

Entonces, yo me pregunto:
            
              Si voy al médico de familia con una incipiente gripe.¿Me citará en un mes para constatar que me he curado?


Hasta ir al psiquiatra se ha convertido en burocracia.

Evolución es involución

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