domingo, 23 de marzo de 2014

Budismo adaptado a la comprensión de la vida

El Budismo es una filosofía de vida basada en el conocimiento psicológico y antropológico de los seres humanos que promulga la acción correcta en cada momento . Es un sistema filosófico-religioso que sienta sus bases en la más pura racionalidad y a través de su práctica puede llegarse a desarrollar la capacidad para diferenciar entre la apariencia y la esencia de los fenómenos.
Cuando hablamos de la ley del karma, no nos referimos a otra cosa que el origen de todos los fenómenos en una ley de causa-efecto. La Ley de Causalidad, la responsable de una correlación de acciones cuyo desencadenamiento se halla en una causa de origen que en la mayoría de ocasiones escapa a nuestra percepción y atribuimos a una inexistente casualidad, que es capaz de justificar las acciones de forma que podamos sentirnos excluidos de la responsabilidad de las mismas.
En el Budismo no es relevante plantearse la existencia de un Dios que maneja nuestro destino, somos libres de la toma de decisiones a cada momento por lo cuál asumimos la plena responsabilidad de sus consecuencias. La recompensa o el castigo son el resultado de nuestros actos o de relación de interdependencia con los demás.
Tanto nuestras acciones como las de los otros, fuera del estado superior de iluminación están regidas por la ignorancia fundamental y determinadas por múltiples factores internos y externos que sumados a las circunstancias de proliferación adecuadas en el entorno germinan. Esta misma ignorancia nos impide ver las cosas tal como son creando realidades paralelas asumibles a voluntad, envolviéndonos en un mundo dónde reina la confusión. Es la ilusión.
El continuo Karma creado es la consecuencia o efecto creado primero en el pensamiento y que se convierte en el motor para la posterior acción de palabra o acto, que a su vez generará otra reacción pensamiento-palabra o acto en la propia persona, el observador o el entorno, demostrando el origen dependiente de todo .
La importancia de estar en el presente, el aquí y ahora radica en que a través de este Presente creamos las bases del futuro. La correcta atención es sumamente importante.
El Budismo enseña la importancia de la objetividad, de presenciar como espectador, de ser maestro del corazón y la mente.
Ser maestro de la mente significa dominar el circuito de pensamiento basado en las tendencias y experiencias para que se rija con objetividad sin recurrir a los registros kármicos dónde se hallan estas tendencias. La realidad objetiva frente a la realidad subjetiva que ha pasado por los sesgos o filtros de los circuitos cerebrales que asocian la memoria, experiencia y tendencias.
Para el budismo es muy importante el conocimiento de uno mismo, pues sólo de esta forma podemos reconocer nuestras tendencias y mantener la objetividad frente a los engaños de la mente.
En cuánto a ser maestro del corazón nos habla del desapego como herramienta. Cuando uno está desapegado no se deja perturbar por la emoción y por consiguiente logra una visión de la realidad más objetiva, aunque no debemos olvidar al hablar de apegos que cualquier emoción es un apego y nuestra mente puede quedar atrapada en ella y es inevitable que aparezca pero depende de nosotros que permanezca.
Por tanto el Budismo se inclina seriamente hacia la importancia del pensamiento como motor de la acción, de ahí la importancia del pensamiento correcto. Puede incluso parecer que en algún momento el pensamiento es inocuo sobretodo si no deriva en una acción visible, pero nada más alejado de la realidad. Ningún pensamiento es inocuo ya que ha dejado su huella, y tal cómo sabemos por recientes estudios ciéntificos, el cerebro cambia continuamente, cada huella es un nuevo registro, y no hay pensamiento que no produzca una variación en un sentido u otro en nuestro esquema de actuación.
El Budismo realza la importancia de observar la finalidad de los actos que llebamos a cabo para detectar cuál es la índole auténtica del objetivo de los mismos. Lo importante es el objetivo final que se oculta tras las acciones, así como el origen de nuestras decisiones. Así una acción correcta pude no serlo tanto si su finalidad es sospechosa o si ha surgido en su origen de un pensamiento originado en medio de perturbadoras emociones .Por este motivo debemos vigilar desde el pensamiento, en que mundo surge y desde que mundo tomamos nuestras decisiones. No solamente es importante la uténtica finalidad de las mismas si no también en que estado emocional nos hallábamos en el momento de determinarlas para de este modo ser capaces, siendo maestros del corazón y la mente, de tomar la decisión adecuada con una finalidad correcta y desde la motivación y el estado emocional más equilibrado, desde la mayor objetividad posible.
La inmersión en el Budismo es una búsqueda de la verdad, de sabiduría, conocimiento y el verdadero aspecto de todos los fenómenos o realidad y conocimiento objetivo, frente a la ilusión y todos los engaños o lo que se llamaría ignorancia fundamental en la que vivimos sumergidos.
Para encontrar la paz mental pensamiento, sentimiento y acción deben estar en perfecta armonía, y debemos ser conscientes de que únicamente podemos interferir en nuestros mecanismos pensamiento-sentimiento-acción y cambiar sus patrones cuando no sean idóneos,si bien intentar hacerlo en otras personas puede variar sus comportamientos, en última instancia la responsabilidad de sus actos y asumir las consecuencias serán enteramente suyas.
Relata el Buda que en otra vida fué el bodhisatva Jamás Despreciar o Fuckio. El , que ya había desarrollado la compasión por el ser humano, era apedreado continuamente por las personas con las que se cruzaba e intentaba iluminar y lejos de amedrentarse por su poca comprensión les reverenciaba con infinita compasión, entendiendo que era la ignorancia en la que estaban inmersos la que provocaba estas reacciones y se alejaba hasta el lugar dónde no le alcanzaban las piedras, en primer lugar mobido por su infinita compasión para que no ser un motivo de que siguieran atacándole creando peor karma para si mismos y en un lugar de orden menos relevante para protegerse.
El miedo paraliza pero la precaución lleva a la acción y la acción del bodhisatva era primero proteger a sus atacantes de si mismos, alejándose, y después protegerse el mismo tomando la precaución de posicionarse lejos del campo de batalla, dónde estuviera a salvo de las piedras.
Nuestro deber también es tomar precauciones, aún entendiendo los mecanismos de la mente humana, los distintos mundos desde dónde actúan en la toma de decisiones y la poca claridad de la finalidad de sus acciones, bajo la atenta mirada de una mente compasiva, alejarnos del campo de batalla para no salir heridos pues aunque el sufrimiento sea una opción, el dolor es inevitable.
Cuándo uno deja que las piedras caigan encima es difícil compadecerse, solamente desde la distancia es posible limpiar el corazón y desde la distancia desarrollar la compasión.

2 comentarios:

NORON NORIM MONOR MIEL NORHIBO dijo...

El budismo es la enseñanza de vida más perfecta que existe en este mundo de ilusión, gracias Vicenta.

NORON NORIM MONOR MIEL NORHIBO dijo...

El budismo es la enseñanza de vida más perfecta que existe en este mundo de ilusión, gracias Vicenta.